Hielo derretido
A veces los proyectos salen bien. A veces salen mal. Depende de su pertinencia, también de su concepto, organización y ejecución. Hoy me referiré a uno que ha salido mal: el del iceberg de quince toneladas pescado en Groenlandia y extraído de su entorno natural para embarcarlo rumbo a Málaga –4.000 kilómetros de navegación– dentro de un contenedor refrigerado a -22º, plantarlo luego en la calle Larios e invitar a la gente a ver cómo se derretía. Se pretendía así que los malagueños tomaran conciencia de problemas como el deshielo ártico y la crisis climática. Por si no la tenían ya.